lunes, 4 de mayo de 2009

continuación de Leticia: Día de la Madre

Los zapatos me pesan entre grietas y es mi sombra quien me guía y me acompaña en este paseo. Los caballos de los carros me relinchan al pasar por el casino, y un comboy a ras me escupe arena de cansancio y pena...

No sé a dónde huyó mi sonrisa y soy osada al intentar encontrarla de camino a casa y con un picor maldito por debajo del ombligo. Intento olvidar mi presente para centrarme en nada, pero el servicio oficial no para por esta ladera y León y Castillo se me hace a cada paso más interminable, pero mando señales de humo a las matriarcas de los clanes cercanos, y es que una antigua batalla se llevó a la matriarca de mi clan... 

Primer mensaje:

A mi nueva jefa del clan, que tanto lucha por mi patriarca y por su clan, la que ha hecho el clan más grande y fuerte, se mantiene como un buen muro de contención como los de aquellas presas de la montaña...

Las señales de humo de agradecimiento se ven desde el horizonte....

Segundo mensaje:

Matriarca del clan hermano, hembra fuerte y de coraje, que arropó a dos crías después del frío que dejo aquella batalla, integrándolas en un clan desestructurado, y mostrándoles los camino posibles de seguir.

El aullido del lobo protector del clan,  en la cúspide de una ladera alta, ratifica que el mensaje ha llegado...

Tercer mensaje:

No forma parte de mi clan, ni de clanes cercanos o familiares, me topé con una cría de esta manada ya hace un tiempo, y parece que las relaciones son plenamente cordiales, la matriarca me acepta como una más del grupo, y cuando la sagrada lluvia y la tempestad azotaba en la llanura del campamento de mi clan, ellos me ofrecieron cobijo...

No necesitan dar señales, ellos esperan pacientes mi llegada...

Cuarto y último mensaje:

Las señales de humo deben de ser densas y oscuras para que las vean desde tan lejos, la distancia no ayuda a la vista, y quizás no llegue entero el mensaje, pero tengo que intentarlo, es la última de la lista, pero la más importante... De mi propio clan primario, de mi misma sangre, evolucionamos codo con codo, y ahora la distancia entre continentes nos separa... pero allá donde exista su pensamiento, le alcanzará el mío... debía de intentarlo, el agradecimiento por las herramientas que ahora poseo, los conocimientos y , sobre todo, las ganas de vida y de caza. 

No obtengo respuesta... Me dirijo a coger mi arco y, bien pegado al cuerpo de la flecha,  amarro un mensaje con una cuerda bien prensada. Quizás el impulso del viento arranque la hoja, pero yo he de intentarlo... Empuñando bien el cuerpo del arco, me centro en mis pies, colocándolos lentamente, alzo la vista, mi respiración el firme y pausada. Con el vientre duro y la espalda erguida, esto lista para lanzar la flecha mensajera. Cierro los ojos, mantengo la respiración lenta y pauso el pensamiento en un recuerdo, alzo la vista hacia el cielo de manera horizontal junto con la manos izquierda, que se mueve lentamente con el arco amarrado con ayuda de la dragonera, estoy lista, impulso mi mano derecha hacia la cuerda de tripas, y arrastro con fuerza la tensión del arco, mi mano, pegada a mi barbilla, siente la suavidad de mi piel, y mi espalda, la tensión y la fuerza de la distancia a la que tengo que mandar el mensaje, mi pecho llora, pero mi cuerpo decide crecer  y es ahí cuando se prepara, respira y suelta la cuerda relajando el brazo de manora horizontal... alea jacta es, ahora... solo queda la espera.

1 comentario:

Leticia dijo...

Puede que a veces llueve.....o este nublado...pero las señales, tarde o temprano llegan..... y se quedan aqui conmigo....me acompañan allá donde vaya.....Dices que ahora solo queda la espera.....creo que me pasare la vida esperando una respuesta, una señal, que antes de mandarla.....se que no va a llegar....Me cuesta tanto olvidar.