He comenzado la segunda parte de este libro, este sendero blanco por el que camino, he descubierto la luz y con ella lo ilumino, me han abierto los ojos con cariño mis amigos.
Me he dado cuenta de porque tropiezo y que cuando lo hago yo misma me enderezo, sin importarme las angustias que padezco sin preguntarme si realmente lo merezco.
Siento alegría cuando me doy cuenta de estas cosas, y así puedo reírme de mis batallas amorosas, de los conflictos cuando la razón está perezosa y enorgullecerme por mi búsqueda de una vida primorosa, que cosas...
Esta es mi historia, dibujando los papeles desde que tengo memoria, rellenando papeles blancos para mi mayor gloria, contestando con cariño cuando me llaman Zanahoria.
Creo que me va a gustar este sendero, aunque me encuentre con maleza mientras esté lloviendo, la lluvia es buena y siento que me limpia lo interno y así poder florecer ante un futuro verdadero.
Estoy cansada de la irrealidad de mi mente, de su querer que ocurra todo urgentemente, de su intranquilidad ante la angustia del creyente, de su ansia ante las cosas que ocurren de repente.
Quiero aprender a disfrutarlo porque, aunque no lo creas, ya he tenido algún intento frustrado, pero me doy cuenta de que no pienso cuando estas a mi lado y reconforta saber que hay alguien que te enseña cuando usarlo.
28 octubre 2008
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