jueves, 18 de noviembre de 2010

Las Palmas-Madrid


Después de haber pasado un domingo estupendo con la familia de Alba Del Pino, celebrando su 23 cumpleaños, y una noche de inexplicable sexo liberador, me dirijo al trabajo con una especial sonrisa. Sarito, la mujer a la que asisto todas las mañanas menos los domingos, se despierta tranquila y con una sonrisa, como de costumbre. Andra, su acompañante desde ya casi tres años, aún se quita las legañas con la mano mientras abro la ventana para que entre la luz a la habitación. Después de desvestir, duchar y volver a vestir a Sarito, ésta comparte una gran sonrisa mientras le masajeo las piernas y escuchamos la televisión. Hoy se levantó menos rígida que otras mañanas, y eso facilita la rehabilitación, y ella misma puede hacerla sin problemas con la pierna que tiene menos movilidad. El desayuno se me hace corto, y tengo que despedirme de ambas, asegurándome que vuelvo, el 23 de septiembre, a trabajar a la misma hora de siempre.

Salgo a la calle tranquila, expectante, observando los coches, a ver si alguno de esos es el que me recogerá. Cruzo la calle para recargar el móvil en un bazar donde me dicen que no disponen del servicio y continuo caminando para volver al lugar donde me tienen que recoger. Cuando antes de cruzar pasa Chessare con su coche despistado. Son las 9:30 de la mañana y aún me pregunto como es capaz de recogerme para desayunar juntos. No han pasado más de cuatro días. Y sinceramente los más intensos que recuerdo en mucho tiempo. En un movimiento rápido le chisto para llamar su atención y rectifica en la calle para dar la vuelta. Me subo al coche, y me percato su aroma limpio y agradable que habitualmente tiene. Lo saludo con un beso tierno en sus labios que siento que es correspondido de la misma manera. Él, atento y considerado, me pregunta sobre mi corta jornada de trabajo y escucha mi insignificante momento como si fuera algo grande, haciéndome sentir importante. Me doy cuenta de que echaba de menos algo así, le miro sonriente, me siento como quiero y quería sentirme desde hace tiempo y espero que algo así dure lo suficiente como para disfrutarlo.

Decidimos seguir con el plan de desayunar churros con chocolate y aparca el coche cerca de mi nuevo piso, en el que vivimos Gabriel, Jorge y yo, y que al que en unos días se mudará también Víctor. Nos metemos en el local y tras una conversación amena acompañada de un buen y rico desayuno, Chessare decide comprar una bolsita de churros para los compañeros de piso, y eso hace que me sorprenda cada vez más, pues me invita a desayunar y no me deja ayudar a pagar el convite. Haciendo que me den cada vez más ganas de abrazarlo.

Subimos al piso con la intención de descansar un poco... pero estando a su lado se me hace tan difícil concentrarme en cualquier otra cosa que no sea el. Su sonrisa hace que de mi salga la más sincera sonrisa, acariciar su piel hace que recuerde personas que a veces olvido, personas cercanas, sus caricias me enternecen y el conjunto de todo eso me hace sentir familiar, no necesito cohibirme. Es más, necesito ser más yo que nunca, haciéndome sentir tan bien...

A la hora de almorzar huye cariñosamente de mi lado, agradeciéndole ese gesto para poder terminar de hacer la maleta y esperar la llegada de mi padre, quien me llevará al aeropuerto. Meto la maleta en el coche y en silencio conduce mientras le hablo. Siento como mi padre está incómodo, pero yo sigo hablando para que sepa lo que voy a hacer o he hecho. Eso me hace sentir como una guerrera sin armas o armadura. Y sigo sintiéndome igual de bien. Hay algo en mi que me dice que todo se arreglará, y que sólo es cuestión de tiempo.

Llego a tiempo para coger el avión con salida programada a las 20:00 horas del 6 de septiembre, en el cual intento dormirme con dificultades. Y sólo siento la sensación de estar viva, más viva que nunca, más feliz que de costumbre. También siento que me cuesta asimilar que estoy en un avión viajando rumbo a lo que serán mis vacaciones, gracias a Leticia, porque si no es por ella las cosas no me hubieran salido de esta manera. Pienso en ella durante unos minutos, en lo mucho que la hecho de menos, en lo sola que se puede sentir a veces, en las veces que puede pensar en mi al día, en una hora, durante un minuto...

Aterriza el avión en Madrid, y me siento cansada, las piernas pesadas, pero estoy en Madrid. Mientras pasan las maletas, hago las llamadas pertinentes a mi padre y a mi hermana. Y acurrucada en cuclillas espera a que el equipaje haga su aparición estelar en la cinta, sintiendo el cansancio y las miradas de los demás ex pasajeros.

Primera parada; el metro de Madrid, 2 € de ticket para viajar hasta Móstoles, donde espera aún despierto Rodrigo, mi amigo fiel, mi compañero de risas, mi alma gemela, hermano de otra madre, pero que tan cercano le siento siempre. Los perros ladran, la sangre se activa con el estruendo, y los abrazos y los besos afloran entre dos amigos que hicieron un juramento. Mi familia... Su familia... Somos familia.

Segunda parada; una cama caliente, un cuerpo de mujer cercano al lado, y ese calor a los pies que no deja de proteger a mi hermana, incansable, Chía.

Mi primer día en Madrid se despierta tarde y descansado. Me dirijo al ordenador para poner música, aprovechando para conectarme con el mundo y comunicarle que ya estoy en Madrid. Quedo con Ruth y Juanillo en Atocha a medio día, y mientras me arreglo hablo con Chessare y le comento como ha ido mi viaje. Tengo ganas de sentirlo cerca, pero he de disfrutar de mis vacaciones y separarme de los deseos carnales que el enciende dentro de mi. Pero su ternura hace que no me olvide de el.

Ya en atocha, camino hacia la casa de Juanillo, donde me encuentro con esa rubia que me endulza con el mar de sus ojos. La hermana que nació en otro vientre, la persona que guía mi camino cuando llamo a su puerta perdida. Esa con la que nunca pasa el tiempo, y las sonrisas y las lágrimas brotan como si nunca hubiera existido la alegría ni la tristeza, como si se hubiera reído o llorado por primera vez. Ruth me divisa con los brazos abiertos, y me recoge en sus brazos dejando que la acaricie con mi cuerpo. Me acompaña hasta la acera de enfrente donde nos encontramos con Juanillo, hombre tranquilo y divertido, niño adulto y entrañable. Tomamos juntos una cerveza, mientras me preguntan sobre el trabajo los estudios y el amor, ritual que practican cada vez que me ven, y tras un gran interrogatorio sobre Chessare sobre lo maravilloso que me hace sentir, paso a preguntar lo que los tres evitábamos, cómo se encuentra la mamá de Juanillo. Noto como Juan se entristece, pero dejo que desembuche lo que lleva dentro, a su manera, y le noto tranquilo aunque preocupado por el estado de su madre. Y me alegra ver que lo lleva con madurez y que se queda donde tiene que estar, y me doy cuenta de la suerte que tiene esa madre de sentir que su hijo la cuida, la apoya, le da su amor. Y no deja de asomarse a mi pensamiento mi madre, dando gracias por que ya no pase más sufrimiento como el que pasó. Dulce amada.

Termina nuestro encuentro, y Ruth y yo nos dirigimos a su casa provisional mientras reforman su casa, esa casa que esconde tantos recuerdos para mi... noche en vela haciendo los ejercicios de una joven despistada servidora. Esos cumpleaños con regalos infantiles, regalos adolescentes, regalos adultos... Nostalgia. Y tras una charla en la que me confieso serena, tranquila y madura, noto como el rostro de Ruth me agradece y me confirma la certeza de esas palabras... Me hace sentir tan bien su compañía, saber que forma parte de mi familia es reconfortante y saber que ella me considera igual, es algo grande, algo que desearía que otras personas sintieran ese sentimiento. Me alegra escuchar su voz mientras miro como se mueven sus labios, como me cuenta lo bien que le van los estudios, sus quejas, sus deseos... Tanto que se nos pasa el tiempo como si tuviera alas. Así que dejamos la conversación para irme a Villaviciosa de Odón. Allí espero a Marta, la máquina de palabras, la máquina de quejas que tanto me gusta escuchar. Acompañada de su Griego-inglés Alex, caminan hacia mi, haciendo una pareja distinta, pero agradable. La noto más madura, y me hace ver como pasa el tiempo, más de tres años sin vernos y les acompaños a hacer una pequeña compra como si nos hubiéramos visto ayer pero con muchas cosas que contarnos. Llegando al punto de tener que sacar el tema que me hace tanto daño, Eva. Pero pienso que cada vez que lo cuento me libero de un peso que llevo dentro, hasta que ya no tenga dentro esa decepción cuando piense en ello. Se hace tarde, la tarde vuela, y me acompañan a la parada de la guagua que me lleva hasta Móstoles, y en la oscuridad del vehiculo lloro por dentro de felicidad, sintiendo que por primera vez aprovecho un viaje. Reencontrarme con mi gente me hace desvanecerme por dentro, y se me infla el pecho con mi propia alegría.

Rodrigo me recibe en casa con bromas sobre mi tardanza, y me hace sonreír de una manera especial. Algo renace y crece dentro de mi cada vez que le tengo cerca, aunque apenas me cuente algo suyo, sólo con su compañía me llena de una manera especial. Chessare me viene a la mente mientras vemos la televisión, y me decido a mandarle un mensaje con miedo a molestarle. Aún no lo conozco y tengo miedo de que mi actitud pueda estropear este “algo” chachi que existe entre nosotros. Pero no contesta y decido irme a dormir para seguir mi ruta al día siguiente.

La mañana del miércoles se ve preciosa, y sola en la casa me dispongo a pasear semidesnuda sin miedo de encontrarme con nadie. Me conecto desde mi portátil y entro en conexión con el mundo que me pregunta como va el viaje.

Durante mi estancia en Móstoles me sorprendo con la conexión que demostramos tener mi hermana y yo, me reconforta pensar que las dos niñas que casi se matan a mordiscos han desaparecido, y que dos nuevas mujeres se convierten en amigas por primera vez en muchos años, ya no tengo miedo, todo está en su sitio, a pesar de nuestros choques, todo comienza a ir bien, y solo pensarlo me hace estremece de una manera tan agradable que mi mente se queda varada recordando todos aquellos momentos que nos separaron en el pasado.

lunes, 30 de agosto de 2010

Sigo sin conformarme

Te vas a la ducha y de repente te asalta una duda; ¿será que lo he encontrado?

Eso que andaba buscando desde ya hace unos años y que no encontraste porque a tu alrededor todo se mueve de forma distinta a tus principios morales y , en algunas ocasiones, te has dejado llevar por esa corriente de borregos...

¿Será que estaba equivocada y realmente es posible encontrar el bienestar?... y como en otras ocasiones he dicho y pensado, sigo sin conformarme.

Me anima pensar que no voy por mal camino y que lo que hago lo hago como es debido, que hay cosas que aún no hago bien, y que así es más claro el cambio cuando mejoras por dentro. Me anima pensar que puedo saltar de la cama cuando me atrapa... que puedo sudar cuando dejo de estar estática, que puedo pensar cuando he estado liada...

Cada día sé que quiero ser mejor persona. Cada día voy más allá de intentarlo. Y no me conformo con conseguirlo.

martes, 17 de agosto de 2010

Durante.

Calor...
Aceleración...
Control...
Desinhibición...
Impulso...
Sed...
Descontrol...

El tiempo para, avanza...
No se que hago aquí,
No estoy aquí,
El tiempo se para, mi mente viaja.

Vuelvo, pero no me encuentro,
Crezco, me estiro, siento...
Gimo...
Busco, alcanzo, beso...

Ya no existe el tiempo...

Voy rápido, no quiero, me dejo...
Paro, vuelvo, muerdo...
Me dejo... me dejo... me expreso...
Más lento, más lento...

Abro, miro, observo.
No puedo.
Escucho mientras saboreo...
No veo.

No veo, no quiero, no puedo.
Lo intento, pero no vuelvo.
No vuelvo, me quedo.
Lo intento! Lo intento! No puedo...

Me dejo... me dejo...
Me expreso, me muerdo...
Me dejo, me dejo...

Ya llego.

martes, 10 de agosto de 2010

Tomo de conciencia

La noche me contagia in-somnolencia,

¿o soy yo quien se la contagió a ella?

Escucho como las notas de un piano suenan,

y siento como los nudos de mi pecho se sueltan.

¿Soy yo o es la noche la que está molesta?,

¿soy yo o ya me resbalan las ofensas?

Quiero encontrar la medicina para esta dolencia,

quiero enterrar muy profundo las consecuencias.

Camino con el viejo de pensamiento a mi derecha,

a mi izquierda el joven de corazón que más lo merezca.

Me fío del que todos los días lo demuestra,

el que tira del carro aunque esté subiendo esa cuesta.

Escribo sin cansancio, con el cuerpo lleno de agujetas,

y es, en la noche, cuando pensando demasiado me doy cuenta;

que sin quererlo mi cuerpo se queja,

entonces se enrojecen las orejas

y la mente se despeja...

¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿En qué momento dejé de fijarme en la realidad para centrarme en mis fantasías consiguiendo que llegaran a ser reales? ¿Cómo he logrado no hundirme en un barco que se hundía; cómo he logrado reparar el daño en alta mar; cómo he logrado no emocionarme durante más de cinco minutos, sin dejar rastro de angustia en mis pupilas, sin arrugar el ceño mientras miraba al sol y le preguntaba cómo arreglar el problema...? ¿Cómo?

Y es que aún sigo sintiendo que no hay mañana y que, si no como hoy, mañana pasaré hambre; si no amo hoy, mañana me arropará el silencio; si no escucho hoy, mañana me hablará la cama; si no follo hoy mañana me acariciarán las sábanas...

Me resguardo de la vida bajo la esperanza,

pero no es más que la ilusión que mi cuerpo nunca alcanza,

no es más que la ilusión que produce la añoranza,

el papel de quienes no saben quitarse la coraza...

En insomnio, diseño proyectos de ideas que nunca se harán realidad,

recuerdo aquellas amistades que me proporcionaron calidad,

las que no cedieron ante mis enojos,

las que cuando caí recogieron mis despojos.

Entonces me ahogo, y me doy cuenta de las vueltas de mi recorrido,

las noches que pasé en vela sin haber dormido,

tomo consciencia de que aún no ha terminado,

y que si no duermo hoy, quizá, mañana todo habrá acabado...

martes, 20 de julio de 2010

la sensación de estar viva

Te echo de menos, ¿dónde estás? Aún no te siento a mi espalda, sin embargo me siento tranquila... ¿eres tú o la sensación de estar viva? ¿Qué debo hacer? Aún no lo sé. Aún no...

Tecleo este aparato enferma del alma sin hallar respuesta, no logro centrar todas mis fuerzas. ¿Qué es esto? Porque ya no me pregunto cuanto tiempo llevo aquí, porque ya no me entero cómo pasa el tiempo, cuan rápido... y encima el viento me habla en diferentes idiomas para reírse más de mi...

¿Eres tú, o la sensación de estar viva?

Mi corazón ya no da ritmo a mi letra, mi corazón ya no se encuentra consigo mismo y se encierra, mi corazón me abandonó allá lejos en la carretera. Y me encuentro en quién sabe cual sala de espera, recordando todas las vivencias pasadas, todas las veces que le fui infiel a mis principios, todas las veces que hice lo que no debía, que hice lo que tenía que hacer para sentirme viva...

Y estoy viva... ¡¡¡ESTOY VIVA!!! Soy tu fruto verde, soy tu semilla, soy la que espera sentada en esta silla...

No recuerdo como se llora...

No recuerdo el sabor de el aroma de una noche de verdadero amor...

lunes, 24 de mayo de 2010

a veces pasa...

Es injusto que el amor se derroche,
que necesiten cariño y yo lo llore esta noche,
deshojando este sentimiento por mis ojitos tiernos,
que no pueda renovarlo y no pueda mostrar mi fuegos internos.

Hoy he resbalado en la niebla,
he caído, y solo me importa lo que el sienta.
Quiero meter todas mis palabras en una papelera
y guardarlas hasta que el pueda...

Quisiera esperarle pero no quiero competir,
quiero verle pero no le quiero impedir,
quisiera tantas cosas que no puedo pedir...
por querer, quisiera querer, pero no quiero sufrir.

Su sonrisa, su carcajada, su no saber que hacer...
Mi nerviosismo, mis recuerdos y mi gran aliado, el perder...
Siempre voy por detrás de la gente a quien quiero,
por si caen, levantarlos del suelo...

Pero, ahora, he caído yo, y levantarme sola no puedo,
ni siquiera quiero hablar más de este sentimiento puerco.

11-02-2009

miércoles, 17 de febrero de 2010

Vida a palos

La vejiga llena en un intento de moverse, los ojos pegados para no verse, un hueco en el estomago al que llaman hambre y unos ojos deshojados para no quererse.

La vida vacía para preocuparse, el corazón abierto para desahogarse, un ramo de ortigas en la mano para maltratarse y los sentimientos rotos aunque todo cambie.

Las estrellas estampadas para no moverse, los ojos pegados para no verlas, un corazón sombrío mientras lo apalean y la vida que se va mientras la muerte se queda.

martes, 16 de febrero de 2010

Perros verdes

Me cuesta confiar en lo que sé que es cierto, porque azul entre perros verdes me siento, y no es que me sienta normal entre raros, porque muchas veces me cuestiono si no seré yo la que esté siempre equivocada, pero es que “siempre” se me hace es una palabra tan larga, que no se ya que hacer para acortarla, tendré cuidado al hablar para no armarla, probaré primero a separar palabras...

jueves, 4 de febrero de 2010

Antes de.

No pienses que quiero algo serio

quiero abrir mis piernas y tenerte a ti en el medio.

Deja que disfrute el momento

cierra bien los ojos, tu escucha, yo fomento.

Relájate, yo te saco de este tedio

estoy ya muy harta del cliché de este misterio.

Cállate, no hables esto es sentimiento

cierra bien los ojos o yo los tapo en un momento.

Es mi turno, así lo quiero,

tenerte en vilo y con los puños bien prietos.

¿Alguien habló de preliminares?

Aquí lo tienes, una bandeja de tus deseo, para mi manjares.

jueves, 28 de enero de 2010

Y nada volvió a ser igual.


Prólogo

Es extraño comprobar la poca importancia que le damos al sueño, al hecho de dormir, hoy en día. Si estamos a la espera de un proyecto importante, de un examen, o de un acontecimiento, parece que en nuestra mente suena un “clic” y, cuantas menos horas durmamos, mejor nos parece que aprovechamos el tiempo, ese que constantemente estiramos, ese al que le pedimos en diferentes ocasiones que acelere o que disminuya su ritmo.

Lo que pasa es que no vemos las consecuencias de robarle sueño y descanso a nuestro cuerpo. Si, porque es a el al que le pertenece, ya que es el, el que nos hará llegar a nuestra meta.

1

Un día..., su mente hizo “clic”..., ya nada volvió a ser igual.

Era sábado y, como siempre, todo iba acelerado, el mundo iba a una velocidad vertiginosa. Nada hacía presagiar todo lo que sucedería.

De repente el ya no estaba y, todo el tiempo, ella tenía sensación de frío. Ya no podía extender la mano porque nadie la agarraría, el borde del abismo la acariaba dulcemente, así que ya nunca se movía del sitio, ya nunca encontraría calor, ni sus piernas para rodearle su pequeño cuerpo. NO. El ya no estaba. Y no sabía muy bien el motivo. Mentira, si lo sabía, pero prefería hacer ver a su mente que no.

Desde entonces todo era grande para ella, todo era muy frío y de repente… todo estaba en calma, en silencio, algo que sólo hacía que incrementara su miedo, miedo al vacío, porque ya no habría nadie al otro lado de la puerta.

2

Pasó lentamente el tiempo, mientras ella intentaba ver un camino entre la niebla de su mente. Lo buscaba ansiosamente, sin resultado, nada ya era lo mismo, y ya nada volvería a serlo. Eso la angustiaba, porque el mero hecho de no intuir si quiera lo que podría ocurrir, la desconcertaba.

Pero dejó pasar el tiempo, decidió seguir viviendo.

Mil historias se fue encontrando por el camino, mas esa sensación de frío nunca la abandonaba, o al menos no del todo. Porque, en ocasiones, lo sentía lejos, pero volvía a su mente cuando a la noche se recostaba en esa inmensa cama, con un único calor a sus pies, que siempre la acompañaba en casa. Y entonces se dio cuenta de que no estaba sola.

Pero dejó pasar el tiempo y, decidió seguir viviendo.

Allá a donde viajaba le acompañaba ese calor que una noche la sorprendió. Siempre que volvía a casa, cuando lloraba entre las sábanas, entre trabajos en la madrugada, el calor la acompañaba. La soledad estaba allí, pero ya no se presenciaba de una manera fría, la niebla se descompensaba, convirtiéndose en una brisa fresquita que agradecía de vez en cuando. Pero en su mente permanecía con los ojos cerrados, no quería dejar del todo atrás el pasado.

3

Los días pasaban uno tras otro, y llegó el momento de dar un gran paso, y con sus ojos cerrados aceptó dar el salto. Allí estaba ella, con sus ojos cerrados, sin saber que había al otro lado, y sin saber que estaba preparada.

Mil cosas tras su espalda, aventuras y desventuras. Ella sabía que era una más en el mundo, pero lo que no sabía, lo que no sentía, era que no era una más sin más. Era un milagro.

Con su ausencia el calor de su casa la echó en falta, pero lo comprendía a su manera. Y la esperaba paciente, como siempre que se marchaba, en la puerta de la casa con una manta. Nunca se olvidó de ella, y siempre supo que volvería.

El milagro, sin saberlo, estaba ocurriendo, pero ella nunca se llegó a dar cuenta. El frío ya era algo lejano, algo que no le pertenecía, algo del pasado. Y el calor desde lejos la calentaba sin ella enterarse, incubando un milagro en su interior. Lo incubaba desde que dejó pasar el tiempo y decidió seguir viviendo...

4

Mil cosas ocurrieron en su ausencia, mil historias, mil peleas, y a ella cada vez la veían más bella.

Volvió al hogar, allí el calor la esperaba. Pero algo cambió en ella. No siente que sea una estrella, pero es puro fuego, desprende calor como si fuera una de ellas. El frío ahora existe, porque existe ella. Con su calor derretiría hasta las mismas piedras. Mientras, no se da cuenta.

El silencio ahora ya no es ruido, y además le ayuda a pensar con claridad. Lo recuerda ahora como una vieja historia sin más.

En su mente brilla el sol, aunque a veces hayan nubes, abre los ojos y echa a andar. Un milagro acaba de empezar a caminar...

Su mente hizo “clic”..., ya nada volvió a ser igual.

Leticia y Beatriz Braña Rubio

28 de enero de 2010

domingo, 24 de enero de 2010

Derrota


justo un año despues de la derrota

365 dias sudando gota a gota

andando con mis viejas botas

sintiendo lo que no sintieron otras.


ya hace tiempo de aquel bombardeo
ya hace tiempo que deje atras el miedo
ya es hora de decir que no te tema
ya es hora de decir lo que yo quiero.

esta ciudad sepultada en desierto
este corazon que cree que te miento
esa cancion que me canta el viento
ese boca de rosa cuando despierto.

Bz 11/03/05

rescatado del 2005

llora de alegría porque nacen niños cada día
llora por la mentira o mejor, no llores y respira
deja atrás tus manías y verás que bien terminas.

Bz 11/03/05

viernes, 22 de enero de 2010

Gracias

Tanto tiempo hace que no escribo,

que me pongo delante de la libreta y solo la miro...

Tanto tiempo hace que no escribo,

que se me hace raro tener el boli cogido.

Escucho canciones que me hacen ver el mundo con otros ojos,

y me doy cuenta cuando escucho que esos ojos no son los míos.

Escucho canciones que me hacen sentir más lo que siento,

llorar más lo que lloro, reír más lo que río, sentir más lo que siento.

o, a lo mejor, me pasa por todo lo que estoy viviendo, ... no lo sé...

Me ahogo entre tanto estrés, pensando que no llego a mitad de mes,

me pongo de los nervios pensando en lo que no hice ayer,

Pasan los días sintiendo que las cosas van peor...

y creo que... no sé, ¿lo estaré haciendo bien?

Después, una conversación, una amigo que me saca de dudas,

pone su confianza en mi, me da ánimos cuando siento que es por mi culpa,

comparto mi vida con el y a la vez comparte conmigo la suya.

Y , ya sabes...

Gano todos los días si no pierdo en ánimo,

Rodeada de la gente que me aporta lo máximo,

Agradeciendo por las noches poder mirar un techo,

Cuando sé que no tengo sueño,

Imagino una vida, un futuro, un sueño,

Acaricio unas sábanas que me arropan sin miedo, y,

Solo quiero depender de pisar el suelo.