ella lo espera, lo vuelve a llamar,
y se aleja por si acaso volviera
pero eso sólo le ayuda para angustiarse en su soledad.
Se convierte en su interrogación constante
cuando su caricia en su cuerpo aún está latente
y siente que es de un planeta, al suyo, diferente.
Es y a la vez no es. El es lo que ella siente.
Cuando arden son ligeros,
el es tranquilo y tierno,
ella felina y ardiente,
así son en el sexo...
Ella decide mientras aún tiene su perfume entres las piernas,
y de su cuerpo en la cama su huella.
Ella se aleja,
ella se quema
y por eso no quiere tenerlo cerca.
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